Los ganadores por clases fueron:
Mylla con Javier Sánchez-Pego en Zulu (patrón de más de 70 años), Yamamay en Charly (patrón entre 18 y 70 años en hándicap RCMS), Javier Echavarri en Romero (patrón entre 15 y 18 años), Marcos Hurtado y Álvaro Fernández en Bravo (patrón entre 10 y 15 años) y Fernando Echavarri en India (patrón hasta 10 años)
A las tres de la tarde comenzó el procedimiento de salidas por clases, emulando el utilizado en 1928, empezando por los más lentos.
Las clases India y Bravo, patrones hasta 10 y hasta 15 años respectivamente, hacía un recorrido de 5 millas contorneando la Isla de Mouro y regresando al club.
El resto de clases encaraban un recorrido de 10 millas con una boya al N de Cabo Mayor.
Aquí se congregaban barcos de todos los tipos, desde el pequeño Dinghy de 4 metros hasta los Cruceros de 40 pies, pasando por los Laser, Snipe, Dinghys y Cruceros de diversas esloras.
La salida de la bahía se realizó con viento más o menos estable y permitió que los participantes llegaran a Mouro con espectativas de terminar la regata, pero a partir de este punto el viento en el Sardinero fue debilitándose y provocó que los que terminaron tuvieran que realizar un esfuerzo para mantener la velocidad y determinó la retirada de varios yates por no poder terminar en el tiempo establecido.
La anécdota con feliz desenlace la protagonizó Cristóbal Piris, a bordo del dingy DeParranda en solitario, que volcó frente a la bocana de Puertochico y tuvo que ser asistido y remolcado ‘a dos aguas’ hasta la rampa de prácticos donde hubo que esperar a la marea para vaciar el barco.
A las siete y media se proecedió a la entrega de distinciones, ya que esta regata no tiene premios al uso. Los nombres de los ganadores quedarán inscritos en la peana dela Copa Elena.
Una animada merienda, con tartas conmemorativas con grimpolas del RCM Santander y el New York YC, fue el punto final de la primera edición de la Copa Elena