Diego Botín y Pablo Turrado, actuales campeones del Mundo y vencedores del Trofeo Ciudad de Santander en la categoría juvenil de la clase 49er FX, además de Víctor Payá y Álvaro del Arco, y la olímpica Berta Betanzos -junto a la gallega Támara Echegoyen- serán los representantes cántabros en el Campeonato del Mundo absoluto que hoy se inicia en la localidad francesa de Marsella.
Todos ellos se estrenan en el difícil campo de regatas galo, y sus principales expectativas pasan por realizar un buen papel. Betanzos y Echegoyen llevan bastantes días entrenando en Marsella, con una preparación especial para llegar en las mejores condiciones posible a la competición.
Berta Betanzos y Echegoyen se muestran muy contentas con la progresión que están desarrollando y satisfechas con el trabajo realizado a lo largo del año. Para ellas, Dinamarca, Nueva Zelanda, Brasil e Inglaterra tienen equipos muy experimentados que están obteniendo muy buenos resultados. «La clave será la regularidad. Llevamos bastantes días entrenando en Marsella y el campo es bastante inestable, así que habrá que estar al cien por cien», afirmaba Echegoyen.
Poco viento al principio
Diego Botín, por su parte, asegura que afronta en Mundial con mucha ilusión, consciente de que hay regatistas de mucho nivel. «Las previsiones -señala- es que los tres o cuatro primeros días de la competición haya poco viento, para llegar a las últimas jornadas con vientos mucho más fuertes».
En cuanto al campo de regatas, el campeón del Mundo juvenil asegura que «es complicado, con muchas diferencias de presión, aunque el técnico suele ser de izquierda. Difícil ver en el agua». Botín y Turrado se estrenan en la categoría senior y sus expectativas pasan también por realizar un buen papel.
Un campo impredecible
Víctor Payá y Álvaro del Arco, como sus compañeros, llevan cinco días entrenando en Marsella. Para el primero, «las condiciones del campo de regatas son bastante cambiantes. Es un campo no muy definido, impredecible. Hasta ahora nos hemos movido con velocidad y confiamos en hacer un buen papel. A mí, de hecho, me empieza a gustar este campo de regatas, hay que mirar siempre fuera del barco. El mar es distinto al nuestro, tiene otro color y es difícil verlo».
«Somos conscientes -afirma- de que los rivales a los que nos enfrentamos tienen mucha experiencia, por lo que no nos hemos marcado ningún objetivo. Pelear con ellos y aprender ya es suficiente, y este es un buen campeonato para ello. En todo caso, nos vamos a dejar la piel».